CORTANDO EL CORDON UMBILICAL EMOCIONAL

Cualquiera que sea nuestra historia de relaciones emocionales, por muy penosa y dolorosa que sea, podemos creer que es algo finito (es decir, que tiene un comienzo y un fin) y, como tal, que queda bajo nuestro control el efecto que producirán las emociones relacionadas con ella. Pero, no es tan fácil. Porque para ser libre de las cadenas de tus memorias, tendrás que enfrentarte día a día a ellas. Reconocer errores cometidos siendo humilde y sabedor de que no eres perfecto/a, pero, sobretodo; lo mas importante es que deberás contarlas. Solo así lograrás hacer de ellas algo tangible y manejable. Cuando logras relatar tu historia, comienzas a dar pasos significativos en el proceso que te llevará a gozar de una completa salud emocional, mental y espiritual.

La historia de todos comienza con el nacimiento. Cortar el cordón umbilical es una de las primeras tareas después que nace un bebé. Aún me acuerdo de cuando tuve que hacerlo con mi segunda hija (con la primera no pude hacerlo porque el parto era complicado). El cordón provee toda la nutrición y sustento que necesita un bebé en el vientre de su madre. Sin embargo, al nacer, la criatura comenzará a aprender que debe buscar el alimento por sus propios medios.

En gran medida este cordón umbilical también representa algo emocional y  psicológico. Cortar el cordón umbilical es símbolo de dar identidad y autonomía. Asegurar que el bebé pueda suplir sus necesidades o que tenga bien establecida su identidad, es tarea importante de los padres. Desgraciadamente, en muchos casos, los hijos no han recibido las herramientas necesarias para "cortar" su cordón, y viven dependiendo durante toda su vida de sus padres.  Viven con el cordón umbilical conectado a lo que ellos piensan que es la fuente de su identidad y seguridad. Nunca se les enseñó que son personas completas, sin necesidad de recibir su valor de parte de los demás. Este tipo de persona no puede funcionar sin la aprobación y el permiso de otra. No ha forjado su identidad y necesita, mucho mas el reconocimiento de sus ascendientes que el de sus iguales.

Existen pues muchos hombres y mujeres que han crecido con la noción de que el único valor que pueden poseer es el que le asigne otra persona por medio de su aceptación o acercamiento. Viven su vida a través de otros y para complacer solamente a otros; nunca se les ha enseñado que ellos y ellas son único e irrepetibles y que tienen tanto valor como cualquier otro ser humano. En esto se basa el principio de igualdad. Por tanto, ningún ser humano puede ser superior a otro ser humano.

Es importante llegar al punto de descubrimiento de que puedes llegar a ser una persona completa e identificar las situaciones y personas que han fomentado que todavía no lo seas. El momento de que salgas de tu claustro uterino social y/o emocional y empieces a valerte por ti misma. A crecer como persona. Por eso se compara este proceso con el  de cortar el cordón umbilical. Debes cortar el cordón emocional que te une a esa persona que te ha mantenido hasta ahora, pero que ya no te puede aportar mas.

Descubrirlo es una experiencia emocionante, debido a que, quizá por primera vez en toda tu vida, podrás pensar en ti mismo/a y en quién eres, sin preocuparte por el "qué dirán" o "que pensarán". Serás libre para amarte a ti mismo y poder, posteriormente dar amor incondicional. Puesto que solo si en ti hay amor podrás compartirlo. Pero eso será después de cortar el cordón el proceso de adaptación puede ser largo y difícil, pero es lo que te traerá la paz que tanto anhelas. Acabará con el dolor provocado por la desilusión y la frustración de una relación agotada.

Se bien lo que esto supone, yo día a día voy cortando con la tijera cada hilo del cordón. Muchas veces me paro y pienso si estoy haciendo bien. Si no me estaré equivocando. Pero una vez que das el primer corte, ya no hay marcha atrás. Irremediablemente, el cordón ya es mas débil. Y cada corte que das, mas lo es. Pero, curiosamente, cada vez que cortas. Mas fuerte te sientes. Vas sintiendo la experiencia liberadora. Lo haces por amor. Por amor hacia ti y hacía la otra persona de quién te liberas. Porque ella también necesita que la liberes. Es una liberación mutua. Cuantas veces, cuando piensas que ya casi lo estás consiguiendo vuelven las memorias y hacen brotar las lágrimas que mojan mi mano segadora. Pero aún así, debo seguir cortando y cortando, y cortando.. porque el amor nos hará libres, libres para seguir amando.

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