6 de julio de 2013

SINGUELEANDO, CLAVES PARA SUPERAR TU DIVORCIO

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1 de mayo de 2013

TURISMO EMOCIONAL


Tú no sabes quedarte. Llegas desordenas mi vida y te vas: Lo tuyo no es amor, es turismo emocional.

Edel Juárez, escritor mexicano.

Me llamó mucho la atención esta frase cuando la vi en el muro de una amiga de Facebook. Y pensé que estas dos últimas palabras; “Turismo Emocional”, describen muy bien lo que está ocurriendo con las relaciones de pareja últimamente. Así que, aprovechando estos días de puente de mayo, en los que miles de ciudadanos salen de vacaciones, la mayoría de ellos  a hacer turismo. Quiero dedicar este nuevo post al Turismo Emocional.





Describamos turismo: “Arthur Bormann (Berlín, 1930) define el turismo como el conjunto de los viajes cuyo objeto es el placer o por motivos comerciales o profesionales y otros análogos, y durante los cuales la ausencia de la residencia habitual es temporal, no son turismo los viajes realizados para trasladarse al lugar de trabajo”.


Actividad por placer, temporal, en la que dejamos la residencia habitual. Si esto lo sumamos a emocional, podríamos determinar, que, en el caso de una pareja casada, el turismo emocional serían los escarceos temporales por placer que un hombre o una mujer realizan. Vamos, las infidelidades. Por tanto, el turismo emocional, dentro del matrimonio, está orientado a descubrir nuevas parejas que aporten novedad frente a la pareja habitual. Si comparamos a una pareja con una ciudad. Podemos definir que estamos viviendo en una ciudad habitualmente. Pero que sentimos la necesidad de hacer turismo y viajar temporalmente por placer a conocer otras ciudades. No voy a entrar en si es lícito o no el turismo emocional dentro del matrimonio o relación de pareja. Tan solo estoy describiendo, lo que, desde mi opinión, podría definirse como turismo emocional.


¿Y para alguien que no tenga pareja? Para un soltero o single, el turismo emocional es mas lógico porque su residencia habitual es la soledad. Y frente a una residencia así, yo digo que es casi obligatorio el turismo emocional. Ahora bien. Si, tal y como plantea el turismo emocional el escritor mexicano Edel Juárez; como una antítesis de lo que es el Amor. Lo vincula al Desamor, o a alguien que busca la relación de pareja estable y se encuentra que no ha sido correspondido/a. Achacándole a la otra persona que ha llegado, ha desordenado su vida y se ha marchado, sin haber amado.





Por lo que deduzco de estas palabras, define al turismo emocional como alguien que no sabe construir una relación, lo suficientemente estable como para que la otra persona se sienta amada. Esto me lleva a pensar que si una persona desea conocer a otra para saber si con ella puede construir una relación, donde nazca y crezca el amor. Y se da cuenta de que no es así. Si decide finalizar la relación, ya es un turista emocional. Creo que si algo tiene de positivo el turismo es que podemos descubrir nuevas ciudades, nuevas culturas, nuevas percepciones, nuevas ideas, nuevos sentimientos, en los espacios geográficos y en las personas que los habitan.


El turismo es enriquecedor. Incluso si lo vinculamos a las emociones. De hecho ya existen profesionales del sector del turismo que abogan, porque los destinos turísticos tengan un alto componente emocional. De hecho, en marketing hay un término muy importante y que valora la capacidad de un producto o servicio de llegar al consumidor y es la “experiencia memorable”. Que promulga que un consumidor para que repita en su consumo debe tener esta experiencia.


Así pues, el turismo emocional, yo lo concibo como la inquietud de una persona soltera por salir de su residencia habitual de soledad, en busca de otra que le aporte el placer, el enriquecimiento, la experiencia memorable que le haga repetir y llegar a conseguir que ese destino deje de ser turístico y se convierta en habitual. Y pueda, algún día, también si se da la ocasión y la voluntad de que, ambos deseen seguir haciendo turismo emocional, juntos, por separado, en grupo, etc. Las relaciones de pareja son tan sumamente subjetivas y complejas, que solo a cada pareja le corresponde la tarea de definir el tipo de relación que desean construir y mantener.





Entonces, podemos decir que si lo planteamos desde un punto de vista positivo, el turismo emocional tiene hasta beneficios. La experiencia puede hacernos crecer en los planos personal, social, solidario o cultural. Pero veamos con concreción estos beneficios del turismo emocional.


1) Descanso y alivio del estrés que nos supone la experiencia de vivir demasiado tiempo en soledad. Hay que tener en cuenta que todos los seres humanos, somos seres sociales. Y necesitamos estar en contacto permanente con otros. Y en el aspecto emocional, necesitamos compartir nuestra vida con otra persona que reconforte nuestra existencia, aunque sea temporalmente.


2) Aprender del lugar de destino (De la persona). Este beneficio del turismo emocional procede de comparar nuestra situación con la de otras personas y aprender de sus aspectos positivos y negativos. Parece obvio señalar que una persona crece y mejora su personalidad cuando descubre que existen distintas maneras de comportamiento, pensamientos y actitudes ante la vida. Por ello es tan importante que busquemos socializar; hacer turismo emocional con otras personas.


3) Conocer otras personas y abrir la mente a las relaciones de pareja. Conocer gente de otra cultura, de otro nivel socio económico  de distinta personalidad o carácter a los nuestros, hace que nos aporte otra visión de la vida y nos haga ampliar miras en nuestro periplo vital. Es, por tanto, un claro beneficio del turismo emocional a nivel personal. Nuestra visión del mundo está tan interiorizada que muchas veces no nos damos cuenta que nuestras ideas, bien sean económicas, políticas o religiosas están fuertemente marcadas por nuestras circunstancias. Con otras personas aprenderemos muchísimo sobre esto.


En consecuencia, cuánto más turismo emocional, más aprenderemos. Pero con cautela. Sin hacer daño. Apreciando la naturaleza humana de cada pareja. Aportando nuestra bondad y solidaridad para beneficiar la en aquello en que podamos hacerlo. Sin llegar y destruir destinos turísticos tan frágiles y bellos. Vírgenes, emocionalmente naturales y sencillos. Entonces si que nuestro turismo emocional sería destructivo y traería para el nuevo destino consecuencias irreversibles. No debemos olvidar que lugar de nacimiento, origen o procedencia, familia, sexo, etc. influyen en la relación emocional. Y que debemos ser cuidadosos cuando lleguemos a este tipo de destinos, para que no genere impactos negativos en la persona.





Si somos conscientes de ello, y tratamos a la otra persona con respeto conseguiremos el equilibrio emocional necesario para que si debemos dejar el destino, no dejemos al otro esa sensación de la que hablaba al principio el poeta mexicano; ”….Llegas y desordenas mi vida..” que le produce tanta frustración y dolor a la otra persona.


Como decía Machado; “Caminante no hay camino. Se hace camino al andar”. Y haciendo turismo, ya sea de mochila, de autobús, de tren o de avión, debemos seguir adelante en nuestra vida emocional. Hasta encontrar ese destino, que a todos nos hará quedar. La estación, la parada o la terminal del Amor.


Feliz Viaje.