9 de junio de 2011

LA VIDA NOS TRAE REGALOS ENVUELTOS EN PAPEL DE PROBLEMAS

Si, así es. La vida, no siempre nos trae los regalos envueltos en un precioso papel color de belleza, dulzura, alegría, ilusión, esperanza... a veces vienen envueltos en papel de problemas. Podríamos tomar la decisión de no querer recibirlos, de dejarlos a un lado, porque no nos estimulan tanto como los otros. Pero, debemos pensar, que, a veces, aquellos regalos que vienen con tan bello envoltorio. La mayoría de las veces son, solo eso; envoltorio.






La vida, todos somos conscientes de que es un camino de sonrisas y lagrimas. Desde que nacemos, lloramos y sonreimos casi simultaneamente. Esto se ve muy bien cuando somos bebes. Cuantas veces hemos visto a un bebe llorar de hambre o de dolor, y al calmarle sus males, verle una sonrisa en la boca. Insatisfacción que se vuelve en satisfacción, y esa satisfacción en felicidad.

Y vamos creciendo y nos vamos dando cuenta de la trascendencia de nuestro mundo y de todo lo que nos rodea. Pasamos a perder la inocencia cuando nos damos cuenta, que cada cumpleaños, lo vivimos con un poquito menos de ilusión. !Que felices esos momentos de nuestra niñez!. Si solo conservaramos una pizca de esa ilusión de entonces. ¿Os acordais de…aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico… ‘Pito-pito gorgorito…?. Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple…’No ha valido’ o ¡CASA!. o donde, los erroes se arreglaban diciendo simplemente…’Empezamos otra vez’.

El peor castigo y condena era que te hicieran escribir 100 veces… ‘No debo... Donde tener mucho dinero, solo significaba poder comprarte un helado… o una bolsa de chucherías a la salida del cole… o donde hacer una montaña de arena, o una carretera para jugar a las chapas, podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde… Para salvar a todos los amigos de una exclavitud… bastaba con un grito de…’Por mi! Por todos mis compañeros y por mi primero’.

Siempre descubrías tus más ocultas habilidades, a causa de un ¿A que no haces esto?. No había nada más prohibido que jugar con fuego…Tonto el último’ Era lo único que nos hacía correr como locos…hasta que sentíamos que el corazón se nos salía del pecho…El ‘poli y ladrón’ era solo un juego para el recreo, y por supuesto era mucho más divertido ser ladrón que policía…Los globos de agua… eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado…La mayor desilusión… era solo haber sido elegidos últimos para el equipo del cole…

El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los diez cromos repetidos por el que hacia tanto tiempo que buscabas..Hacer cabañas con ramas cuando íbamos de excursión al campo nos entretenía durante horas…hasta que venían a avisarnos de que teníamos que marchar y llorabamos desconsolados…Todos te admiraban si lograbas cruzar la comba mientras saltabas…Era un gran tesoro si encontrabas trozos de escayola en los cubos de basura y poder dibujar en el suelo y jugar…

Todas estas simples cosas… nos hacían felices, no necesitábamos nada más….un balón, una comba y dos amigos con los que hacer el ganso durante todo el día…Pero, ahora, ¿cuantas cosas necesitamos para tener la misma felicidad?. Somos seres humanos, y como tales, eternamente insatisfechos. Siempre queremos mas, y ahora, como adultos, no escatimamos esfuerzos en tratar de conseguirlo. ¿Pero a que precio?


Nos pasamos la vida esperando a que la vida nos traiga esos regalos que, tanto ansiamos, como premio a nuestro esfuerzo. Nos enseñaron que si estudiabamos, que si sacàbamos buenas notas, que si nos portábamos bien, ibamos a tener una recompensa. Que los cumpleaños, que los reyes magos, que los santos, íbamos a ser premiados con esos regalos tan esperados. Esfuerzo = Recompensa. Parece tan lógico. Y si no que se lo digan a Paulov, el padre del Condicionamiento Clásico.


Paulov, demostró que gran parte de nuestras conductas son aprendidas y en numerosas ocasiones se aprenden por condicionamiento, es decir, descubrimos que lo que hacemos tiene consecuencias positivas o negativas y somos capaces de anticipar dichas consecuencias y, de acuerdo con ello, modelar nuestra forma de comportarnos. 

Por ejemplo, si no conseguimos aprobar el curso, probablemente esto nos produzca insatisfacción, problemas familiares y nos impida disfrutar del ansiado verano, por tanto, aunque quizás nuestra tendencia natural sea hacia la vagancia (todos los organismos tienden al mínimo consumo de energía), consigamos modificar nuestra conducta para lograr resultados más satisfactorios.

Y no sólo influimos sobre nosotros mismos sino también sobre la forma de comportarse de los demás; y esto es objetivo no sólo de psicólogos y profesores, también de padres, hijos, amantes, amigos... En la vida hay circunstancias que escapan a nuestro control pero, sin embargo, hay otras muchas en las que lo que ocurre es el resultado directo de cómo nos comportamos. Es preciso saber qué puede estar bajo nuestro control e intentar influir sobre ello.

El ser humano no es un organismo predestinado desde su nacimiento, no tiene una personalidad innata, sino que a lo largo de su experiencia vital va aprendiendo una forma de ser, de actuar, de pensar, y todo ello va a ser consecuencia, entre otras cosas, de los refuerzos positivos y negativos que recibe, de los castigos, de lo que observa en los demás y muy importante: de sus propias decisiones.

Así pues, si tenemos en cuenta esta teoría, somos adultos, que hemos forjado nuestra personalidad con los refuerzos positivos y negativos que hemos recibido de nuestros progenitores, educadores, amigos, enemigos, etc. Es decir la conducta social tiene un alto componente en nuestra personalidad. La otra parte, la genética es la que nos pide el ahorro de energía, el mínimo esfuerzo. Y en la lucha entre nuestros objetivos, nuestros sueños y el ahorro de energía, se basa nuestra vida.

Todos nuestros actos están motivados por la búsqueda de la satisfacción de una necesidad, de un sentimiento. Pero, cuando requiere un alto esfuerzo, lo evaluamos, y dependiendo de nuestra motivación hacia ese acto, ponemos en marcha nuestras energías para poder conseguir llevar a término cada uno de nuestros actos.

Asi, cuando la vida nos ofrece, cada día, la posibilidad de trabajar, amar, disfrutar, relacionarnos con otros seres humanos, orientamos nuestro esfuerzo en la medida que nuestra motivación esté mas elevada hacia uno u otro area de nuestra actividad.

Curiosamente, todas las actividades planteadas requieren esfuerzo, lo que ocurre es que la recompensa nos lleva a evaluar el esfuerzo y llegar a la conclusión del nivel o grado de esfuerzo requerido. Por ejemplo; una mañana nos puede costar mas levantarnos si la noche anterior nos acostamos a las tantas de la madrugada. (Lo que a mi me pasa mucho ultimamente). Por tanto, requiero de un mayor esfuerzo para levantarme. Pero si pienso en que tengo que agradecer el tener un trabajo cuando otros no lo tienen, y que, es un buen trabajo. Y si además, pienso que en el día de hoy voy a tener una reunión importante, pues el esfuerzo es grande, pero no lo valoro tanto si; mi trabajo fuera un asco, o pensara que iba a ser un día aburrido.

Este ejemplo, lo podemos trasladar a otros aspectos de nuestra vida diaria; la relación con nuestra pareja, la relación con nuestra familia, la relación con nuestros compañeros de trabajo, con nuestras amistades, con los vecinos...etc.. etc.. Si lo hacemos, nos daremos cuenta de que la actitud ante cada uno de los aspectos de nuestra vida es FUNDAMENTAL para conseguir un mayor o menor grado de satisfacción personal. Necesaria para conseguir esa sensación de felicidad que tanto ansiamos.

Lo que tengo muy claro, es que la vida nos ofrece, cada día, regalos. Recompensas a nuestro esfuerzo. El hecho de tener salud para levantarse por la mañana, ya es el mejor regalo; "El regalo de la Vida". Pero cada regalo; el trabajo, la pareja, la familia, el poder disfrutar de una vivienda, de un coche, de unos vecinos, de unos amigos, de una buena comida, etc. no está exento de dificultades o problemas que hacen que nuestra vida, sea lo suficientemente interesante, como para que no caiga en la mas absoluta monotonía. 








No es nuestro paso por este planeta es corto, pero intenso. Y es aquí donde aprendemos, sin saber si todo lo que aprendemos nos servirá para un siguiente episodio, a descubrir que LA VIDA NOS TRAE REGALOS ENVUELTOS EN PAPEL DE PROBLEMAS. Y, que debajo de ese envoltorio de dificultades, que nos hacen plantearnos, la mayoría de las veces, si procede, si merece la pena, seguir desenvolviendo se encuentra la recompensa a nuestro esfuerzo diario.

No creo que debemos de tirar la toalla a la primera dificultad. Si no somos capaces de desenvolver el regalo, por nosotros mismos, debemos buscar ayuda. Somos demasiado nerviosos o impacientes, a veces. Con paciencia, buen hacer, y con la ayuda de alguna mano hábil conseguiremos ir desenvolviendo el papel de problemas y llegar a disfrutar de tan apreciado regalo; el regalo de un nuevo trabajo, de una nueva relación, de un nuevo amigo, de un nuevo ser... en definitiva; de una nueva vida.

Sigamos, pues, desenvolviendo regalos.