26 de diciembre de 2010

SAN JOSE HA DESAPARECIDO DEL BELEN

Anoche estuve de visita en casa de una amiga del grupo de singles. Tanto ella como yo decidimos cenar juntos ya que, ambos, estábamos sin niños, y habíamos cumplido con nuestras cenas y comidas navideñas. La verdad es que cenamos poco, porque estábamos saturados. Lo mas importante era la compañía. La cena era, realmente, una excusa.






Yo era consciente, pues la conozco desde hace varios meses, de su todavía presente rencor hacia su ex-pareja. Uno de esos hombres, que todavía no ha entendido que, frente a la separación, debe afrontar su destino y poner sentido común a la nueva relación. Uno de tantos hombres que incumple su obligación de pasar una pensión de manutención a sus hijos, porque cree que así produce dolor a la que ha provocado sus desgracias; su ex-compañera y madre de sus hijos. Esta claro, que existen, todavía y seguirán existiendo desafortunadamente, este tipo de comportamientos en los hombres. Nuestra generación no ha sido preparada para ello. Pero, cada día, la creciente cifra de divorcios, hace que se vayan aceptando los nuevos modelos de pareja y de regulación de las mismas.


Ah, la sociedad cambia tan deprisa. ¿Quién me iba a decir que iba a encontrarme con lo que me encontré anoche en casa de esta amiga? Yo, un hombre, nacido en el seno de una familia biparental, que acogió las enseñanzas de la iglesia católica en la adolescencia para escapar de las garras de la delincuencia, defensor de los valores morales y de la ética cristiana. Yo, hoy que he vivido tantos cambios y he asumido las nuevas situaciones, me iba a encontrar con esa escena: El portal de belén. La representación alegórica del nacimiento del hijo de Dios, en el seno de una familia...sin San José.


¿ Donde está San José? le pregunté, atónito, a mi amiga. Por mas que miraba alrededor del pesebre solo podía ver a la Virgen María, al Niño Jesús, a los Reyes Magos, el buey, la mula y las ovejitas. Pero San José no aparecía por ningún lado. "San José ya no vive en casa" me respondió. Pero, querida A. aunque tu formes parte, de las nuevas denominadas familias monoparentales (donde la mujer hace de madre y de padre) no debes trasladarlo al misterio. Además, le dije; Si hay un hombre que actuó con generosidad hacia una mujer, ese fue San José. ¿No conoces acaso su historia?. Te la contaré.


Mira, San José, ese carpintero que ha pasado a la historia como un consorte, cuando jugó un papel fundamental para que esta historia se convirtiera en milagro, se encontró con una buena papeleta y actuó como un verdadero caballero. Imaginatele, hace 2010 años, cincuentón y soltero, que se encuentra ante una jovencita y virginal mujer, y que le dice, sin haber tenido todavía relaciones sexuales, que está embarazada. Pero que no es de otro hombre, es del espíritu santo. En una sociedad hebrea, donde el adulterio está penado con la lapidación.


Y ella, además, le dice que lo que lleva en su vientre es de Dios. Cuando la blasfemia está penada con lapidación, pero con piedras mas grandes. En vez de repudiarla, denunciarla la lleva a Belén para salvarla y busca el lugar para que pueda dar a luz. Posteriormente huir, de nuevo, a Egipto para que la criatura escape de los cuchillos de Herodes. De no haber sido por la generosidad de este hombre, la madre y el feto habrían sucumbido bajo el peso de las piedras. Y no habríamos tenido milagros, ni cruz, ni resurrección ni envangelios, ni Iglesia. Pero sobretodo, lo mas importante; no hubiéramos tenido esperanza. La esperanza de encontrarnos algo mejor, al final de nuestro camino por la vida.


En estos tiempos, con hombres depredadores que asesinan a esposas o ex-esposas es lógico que existan mujeres que queráis eliminar la figura del padre. Pero San José, merece estar en ese Belén. El fue el mejor padre sin serlo. Siempre estará en los corazones de los hombres, porque, en todos los hombres existe la generosidad de padre que el demostró. Un hombre trabajador, sino ¿porque celebramos el día 1 de Mayo, el día de San José Obrero, el día del trabajo?.


No me niego a reconocer que deben existir, en vuestras casas, fotografías con vuestros hijos, donde ya no aparezcan nuestras caras. Ya lo vi claro, cuando este año, no aparecía Marichalar en la felicitación navideña de la infanta Elena. Aunque creo, que ellos, los niños, deben seguir sintiendo que, tanto su padre, como su madre, sus referencias de ese amor parental, tan necesario para su correcto desarrollo psicológico y físico están en todos los ámbitos de su vida; en la escuela, en el ocio, en sus hogares, incluido en las fotos de familia. No cometáis el error de quitar las fotografías de los álbumes familiares. Cuando esas instantáneas se hicieron, las circunstancias eran otras y deben permanecer en el papel como recuerdo. Porque en la memoria, quedan nubladas por nuestros odios y rencores.


Se de lo que hablo. Yo he vivido el momento en que desaparecí de las fotos familiares.Ya no estoy en las que tienen en su casa. Hoy he desayunado con mis hijas en la casa donde conviven con su madre. Me levanté temprano y seguí el ritual de mis domingos; Ir a tomar el chocolate con churros y comprar el periódico. Pero pensé, voy a invitar a las mujeres mas importantes de mi vida a compartir conmigo este delicioso desayuno. Las mandé un mensaje y estaban ya despiertas y recién levantadas. Llegúe a su casa y desayunamos juntos. Es una bonita sensación cuando compruebas que, gracias a ese trabajo interior, has conseguido llegar a ese nivel, en el que puedes disfrutar de unos momentos familiares, a pesar de estar divorciado. Y, como os decia antes, todas las fotografías que llenan la casa, son fotografías donde mi figura, como la de San José, ya no está representada. Pero se que, en los albumes de fotos, si que lo está.


Pero lo mas importante, es que, mi figura, la de padre, está presente en los momentos mas importantes de mis hijas; en la actuación de fin de curso del cole, en la de navidad, en la de los momentos de enfermedad, en la de los fines de semana que están conmigo, en la de llevarlas al colegio o recogerlas, es decir; en la mas importante, en la del día a día. Como demostró San José, a pesar de no haber tenido nada que ver con ese niño tan especial.


San José, si hoy existieras, el Ministerio de Igualdad te hubiera dado un premio por haber ejercido, a través de los siglos, de forma tan ejemplar, ese papel tan de segundón. Aunque estoy seguro que la ministra Aido, todavía te hubiera tratado de machista por no llevar a la Virgen a una mejor posada. Pero, has sido un gran ejemplo para los hombres. Ejemplo de generosidad y entrega que ha conformado los valores de la familia cristiana. Y que tan buenos frutos ha traído para sociedades posteriores. Espero, y deseo, que todas las mujeres que lean estas palabras, entiendan que no eres el símbolo del hombre depredador y egoísta que, en estos días, maltrata física, psicológica, económica y socialmente a las mujeres. Sino todo lo contrario. Y tenga a bien colocarte en el sitio que te corresponde en la escena navideña por naturaleza.


A pesar de que el modelo de familia ha cambiado, tu familia sigue siendo una referencia. Es cierto que si hoy existieras y te hubieras divorciado de María, aún reconociendo a ese hijo que no era tuyo, vivirías en un pisito, le pasarías la pensión a pesar de que tu trabajo de carpintero, con la crisis de la construcción te deje tan pocos ingresos.  Y tendrías a Jesús cada dos fines de semana y los días que pudieras le llevarías y le recogerías del colegio publico. Y nunca dejarías de cumplir con tus obligaciones de padre, intentando siempre llevarte bien con María, para que el niño crezca feliz, sano y con todas sus necesidades cubiertas. Porque tu eres consciente de lo importante que son los niños para el futuro de la humanidad. Especialmente, el tuyo.


Como hombre, como ex-marido y como padre, te doy gracias San José. Con tantas oraciones nos hemos encomendado a tu mujer y a tu hijo, y nunca nos hemos acordado de ti. Yo, tengo el honor de llevar tu nombre. Quizás, por eso, tengo algo de ti. Muchas gracias por tu generosidad. Siempre estarás en el portal de Belén que ponga, cada año, por navidad, pero sobretodo en mi corazón de creyente. Como no voy a creer en ti, si se que es posible encontrar hombres tan generosos como tu. No tengo mas que mirar a mi padre, para reconocerte en el. El me ha transmitido, aquello que tu nos demostraste, y a mi, me gustaría seguir transmitiendolo a otros hombres. Que dejen a un lado, su egoísmo y sean generosos con la mujeres que hay o habrá en su vida, porque sino, serán relegados a un cajón, como la figura del portal de belén de mi amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario