10 de septiembre de 2011

TENGO MIEDO A NO TENER SUEÑOS



Anoche vi en la televisión, en ese canal que todavía sigue siendo instructivo y no destructivo (me refiero a la 2), la película SUITE HABANA. Más que una película yo lo denominaría un documental. Documental antinatural, pero, aun así, resistí y no cambié de canal. Porque frente al resto de la programación, a esta hora de la noche, deseaba ver imágenes que me transmitieran sensaciones verdaderas, y no artificiales. Viendo esta película me encontré frente a un encadenado de imágenes que pasaban sobre la vida de unos ciudadanos de la Habana. Al verlo, en la carne de sus protagonistas, sentí la lucha diaria de tantos cubanos, por mejorar su calidad de vida, por cumplir sus sueños, pero sobretodo, sentí el miedo. El miedo a morir sin ilusión. Y eso lo reflejaba muy bien el personaje de una persona mayor que se dedicaba a vender cacahuetes tostados en una plaza de La Habana, para sobrevivir. Me impactó, al final de la película, cuando sobre la pantalla aparecieron las palabras; “.. y ya no tiene ningún sueño..”






Me entró, entonces, un miedo terrible. El miedo a no tener sueños. El miedo a no tener nada porque luchar; e incluso, el miedo a no tener miedo. A sentir que se puede perder el miedo. Pero, ¿se puede perder el miedo?  ¿Qué es el miedo? ¿De dónde nace?. Wikipedia lo describe como: “una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. La máxima expresión del miedo es el terror.” Este miedo es provocado por el cerebro. Donde se heredan los miedos, se generan nuevos y se guardan todos los miedos, que no solo nos paralizan, sino que paralizan a otros. ¿Cuáles son los tuyos?: ¿Miedo al fracaso?,¿al rechazo?, ¿Al cambio?,¿A la confrontación?, ¿Al éxito?, ¿A tomar riesgos?, ¿A tomar decisiones? ¿A la muerte? …. para por un momento y descubre cuál es tu mayor miedo.

¿Ya lo tienes? En este momento, ese será tu mayor miedo. Pero cambiará. En cada etapa de nuestra vida vamos teniendo distintos miedos. Cuando somos bebes, miedo a la soledad, a los extraños, cuando somos niños, a la oscuridad, a los ruidos, a monstruos, fantasmas, y cuando somos adolescentes; los miedos están relacionados con la imagen, las relaciones interpersonales, los rendimientos académicos. En la medida en que los vamos superando, vamos forjando nuestro carácter de adultos. Forma parte de nuestra evolución como seres humanos incompletos. En la medida en que no somos capaces de afrontar esos miedos y superarlos, tendremos que convivir, a lo largo de nuestra vida, con fobias o trastornos de ansiedad.

Nuestra herencia genética, nuestro aprendizaje en familia, y nuestro aprendizaje en sociedad son los que van marcando los diferentes miedos. Existe un gran componente cultural, religioso y social en la creación de miedos. Especialmente en los nuevos miedos. Los medios de comunicación, juegan un papel muy importante en los últimos miedos sociales creados. Nuestro cerebro, produce mecanismos de defensas que nos protegen de situaciones que podemos percibir como miedosas o como dolorosas. Una parte de nosotros puede querer crecer y cambiar, pero otra parte resiste porque el cambiar nos lleva a un NUEVO territorio en nuestros pensamientos y emociones que desconocemos… lo desconocido nos produce miedo y ese miedo, si no es entendido, nos puede llevar a la inacción.

Si alguna vez me siento con ansiedad, lleno de frustraciones y sin motivación, entonces presto atención, y pienso que es muy posible que mis mecanismos de defensa estén trabajando. Estos sentimientos son señales de miedo que quieren mantenerme en mi zona de seguridad. Más que huir y resistir el miedo, lo que necesito es entenderlo, aceptar su existencia, y actuar valorando lo siguiente; ¿Qué me ha costado este miedo? ¿Qué no he logrado por este miedo? ¿Qué cantidad de dinero he dejado de ganar por este miedo? ¿Cuántas personas importantes hoy no son parte de mi vida por este miedo? ¿Cuántos años de logros he perdido porque se los he entregado a este miedo?

La respuesta está en una frase; “El miedo me miente”. Me engaña, me provoca sueños con consecuencias negativas. Y estos, después se convierten en sentimientos de dolor, frustración, fracaso. Bajo el hechizo de estos sentimientos, me siento paralizado y no logro hacer las cosas que quiero hacer y que harían mi vida más feliz y completa. Digo hechizo, porque, si pienso en los últimos 2 años de mi vida, ¿Cuántas de las cosas que temía verdaderamente sucedieron? pocas, pero actué y tomé decisiones como si fueran a pasar…. me quedé en mi zona de comodidad, limitando mis acciones y por eso también, ahora veo que se limitaron mis resultados.

Pero, no confundo el miedo con la precaución….suelo ser precavido en muchos aspectos de mi vida, aunque es cierto que, una cosa es ser precavido y otra cosa es ser miedoso. Tampoco me refiero a miedos irracionales como las fobias, de las que hablábamos antes… estas requieren otro tipo de atención. Más bien me refiero a todas esas mentiras que inconscientemente me digo y que me creo, sobre lo que puede pasar si voy a tomar una acción. Aunque hay veces que intento ser proactivo y pienso; “Mejor actuar y arrepentirse que no actuar y arrepentirse de no haberlo hecho”. Pero, otras veces, el miedo al ridículo, al dolor, al sufrimiento me paraliza. Por eso, es bueno que aprenda a compartir  esas mentiras que me digo a mi mismo, cuando me digo; “no lo hagas, la vas a cagar”,  con otras personas, para ver si mis miedos son fundados o infundados. Personas que tengan una visión más objetiva y amplia de la que yo poseo. Personas que afrontan la vida sin miedo al miedo. Conscientes de sus miedos pero que los afrontan de forma positiva. ¿Cómo puede ser eso?

Pues aceptando que el miedo es una respuesta normal a mi desarrollo personal, en otras palabras; cada vez que quiero crecer, que quiero tomar una decisión importante, que quiero salir de mi lugar de comodidad, sentiré miedo ya que este quiere proteger lo desconocido.

Pruebo a pensar, ¿Cómo conseguí aquello que me hizo feliz? Aquello que considero un éxito en tu vida. Pienso en los miedos que superé. Lo hago por escrito; y pienso en lo siguiente; Cuando pienso en mis metas a corto plazo, ¿qué miedos te llegan a mi mente? hago una lista de ellos y me sale; (miedo al rechazo, al fracaso, a tomar riesgos, etc.)  Elijo uno de ellos y contesto a estas preguntas sobre el miedo que escogí: ¿Qué te ha costado este miedo? ¿Qué cosas hoy no tienes en tu vida por culpa de este miedo? ¿Cómo sería tu vida si este miedo no existiera? ¿Qué sería lo peor que puede pasar si tomaras acción aunque este miedo? ¿Puedes vivir con las consecuencias? ¿Qué es lo mejor que puede pasar si tomas acción a pesar de este miedo? Las respuestas a estas preguntas me dan una clara indicación de que debo controlar mi reacción al miedo y no permitir que este te robe mis sueños.

 Todas las personas que conozco y que hoy las reconozco como personas de éxito, cuando han querido crecer, han sentido miedo y lo han hecho como quiera. Martin Luther King decía; “I have a dream”. Ellos viven sus sueños aunque tienen tantos miedos como aquellos que viven miserablemente, lo único es que se han convertido en maestros de sus miedos en vez de permitir que sus miedos sean su maestro. Yo quiero ser Maestro de mis miedos. Llevarlos por el camino bueno, para que se conviertan en retos de nuevos proyectos. Retos que me lleven a actuar, en búsqueda de los mejores resultados.

Cuando actúe, a pesar de tus miedos, me moveré desde un lugar de dolor, parálisis y depresión (otros sentimientos que normalmente acompañan el miedo) a un puesto de poder, de confianza en ti mismo y felicidad. Cuando me enfrente al miedo me moveré a una posición de información poderosa donde el miedo se convierte en algo irrelevante… el sentirme tan poderoso me ayudara a conseguir lo que me proponga. Tendré poder sobre mí mismo, podré vivir mis sueños, el poder de crear satisfacción en mi vida, el poder para enfrentarme a los obstáculos, y saltarlos hasta conseguir mis metas.






Entonces, llegaré al momento de celebrar tus triunfos. Cada vez que actúe, a pesar de mis miedos es un triunfo, estoy rompiendo mis cadenas y tomando el control de mi vida. Compartiré mi experiencia con mis mejores amigos y después, me daré un regalo; porque me lo merezco. Habré aprendido a evitar uno de los mayores dolores de la vida: llegar al final de mis días, mirar hacia atrás y notar que he aceptando mucho menos de lo que la vida me ofrecía, quedándome tan solo el ser el testigo del éxito de los demás.

Si, soy consciente de que tengo imperfecciones, que tengo limitaciones, pero también poseo grandes talentos y habilidades únicas que puedo compartir con el mundo. Debo potenciarlos porque son dones que he recibido y, nadie más que yo  puede ofrecer lo que yo puedo ofrecer.  Este estado de conciencia de mis dones me llevará a sentirme lo suficientemente poderoso como para romper el hechizo del miedo y disfrutar de mis sueños. Sueños, que irán creciendo cada día, y que nunca se acabarán. No pueden acabarse. Podré acabar con mis miedos, pero vendrán otros, podré conseguir mis sueños, pero vendrán otros. Pero no puede el ser humano llegar a la conclusión que llegó esa anciana, que vendía maní en una plaza de La Habana. Esa anciana que se quedó sin sueños.

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