16 de agosto de 2011

HE CONVERTIDO TU AUSENCIA EN LA MEJOR DE MIS PRESENCIAS

No tengo mas remedio que regalarte mi ausencia. Como siento que no puedas darme tu presencia. Voluntaria o Involuntariamente, vamos rompiendo los lazos que un dia nos unieron. Desde luego que mas bien es voluntariamente, porque solo con el deseo no se forjan relaciones, y eso, es algo que todo el mundo sabe. ¿Como se llega hasta esta situación? Muy sencillo. Cuando comprobamos que nuestros sentimientos no son lo suficientemente fuertes como para luchar por la permanencia de un vínculo.






Esta mañana oía a uno de mis maestros hablar en televisión. Es un maestro televisivo, tanto que hasta le piden que recomiende el consumo de pan, de ese pan tan artificial que nos merecemos, por hacer nuestra vida, también, tan artificial. Pero que pienso seguir comiendo, porque me he enterado que con ello, se recaudan fondos  para garantizar el aprendizaje social y emocional en la pareja, la enseñanza y las empresas; se trata de uno de los objetivos prioritarios de la Fundación Eduardo Punset, Redes para la Comprensión Pública de la Ciencia.Pues bien, este maestro, que no es otro que Eduardo Punset decía esta mañana, ante las preguntas de una periodista, algo con lo que estoy enteramente de acuerdo, y que me viene muy bien para introducir este nuevo articulo del blog. Decía así; "La felicidad, está en la sala de espera de la felicidad". Entendiendo que ponemos nuestras ilusiones en aquello que pensamos que nos va a dar la felicidad, y luchamos tanto para conseguirlo, que cuando lo conseguimos sentimos el placer y la satisfacción de haberlo conseguido, pero, una vez que lo tenemos; NUNCA JAMAS, volvemos a poner el mismo esfuerzo en no perderlo. Quizás, si que la pongamos en recuperalo cuando lo hemos perdido, pero; quizás sea tarde.


Creo, sinceramente, que la felicidad está en conseguir, todo aquello que nos vamos planteando. Por eso, quizás sea mas racional y lógico ponernos metas alcanzables. para evitar la frustración que genera el no conseguir, aquello que queremos y que no puede estar a nuestro alcance. Otra cosa es soñar; soñar o mas, que eso, tener visión. Muchos de los descubrimientos que hemos conseguido, son el resultado de una lucha sin limites, por cumplir un sueño; Volar, por ejemplo. Pero otros, son resultado de la casualidad, como la gravedad. Pero ambos; han generado la posibilidad de llegar hasta el espacio. Algo impensable para el ser humano, hasta hace pocos años, de su historia como especie inteligente.

Ahora que todos somos conscientes de la importancia de las redes sociales, y que siguiendo con las citas del maestro Punset; "...Las redes sociales nos han hecho distintos de los otros animales..", creo que estamos asistiendo a una nueva forma de relaciónes sociales que está convirtiendo a la humanidad en testigo de un nuevo momento de cambio, pero que vinculado a un proceso de crisis económica nos hace adivinar un nuevo paso en el proceso evolutivo de la especie.

Una evolución que va a tener repercusiones genéticas, puesto que estamos sentando las bases para que nuestro cerebro vaya preparando los cambios físicos que nuestro cuerpo va a necesitar para los nuevos retos evolutivos. No hay mas que sentir como nuestros ojos van adaptando la visión al campo reducido, de las pantallas. Esto me recuerda mucho a como le limitaban a los burros la visión con esa especie de viseras que ponían a un lado y a otro de su cabeza, para que no se distrajesen y miraran siempre hacia adelante. Pero sin la perspectiva necesaria para poder tener una visión mas global, necesaria para evaluar cada paso de nuestro camino. 

Ademas, de eso, nuestras manos, ya no sirven para agarrar, sostener o acariciar, nuestras manos solo sirven para teclear, en el ordenador, en el movil, en el cajero automatico, en terminal del restaurante. Que gran invento el de Olivetti, precursores del ordenador y que consiguieron que miles mujeres encontraran su puesto en el mercado laboral, e iniciaran su carrera al lado de los empresarios masculinos. Todavía hay muchos hombres que echan de menos a esa secretaria que les pasaba sus cartas a máquina, con doble copia en papel de calco. Que ruido tan fantástico el de las máquinas de escribir en las empresas de antaño.

Y, por último, nuestro culo, nuestras piernas, nuestras espalda, en definitiva, nuestro esqueleto, va a verse modificado, porque ya no utlizamos mucho de nuestros músculos de antaño y acabaran atrofiándose y desapareciendo del todo. Nuestra vida sedentaria; de la cama al coche, del coche a la oficina, de la oficina al sofa de casa y del sofa a la cama. Cuantos músculos utilizamos para tan poco dinámico estilo de vida. Desde luego que este estilo de vida, provoca que nuestros hábitos de sedentarismo, nos lleven cada vez mas a tener actitudes menos enérgicas y proactivas, incluyendo, no solo en la cobertura de nuestras necesidades tan básicas, como el alimento, el descanso, o el trabajo, sino que también se han trasladado a nuestras relaciones sentimentales y sociales.






La cultura del mínimo esfuerzo está tan incrustrada en nuestra sociedad, que hemos pasado a demandar todo, y cuando digo todo, en el menor tiempo posible y con la mayor comodidad posible. No toleramos, o toleramos cada vez menos, que tengamos que dedicar mayor tiempo o esfuerzo, para una actividad, del que nuestra lógica, cada vez menos impaciente, nos plantee. Hasta hace unos años, la cultura del esfuerzo era la que imperaba en nuestra sociedad. Estaba valorado todo aquello que se conseguía con esfuerzo, no lo que se conseguía con mayor rapidez, fruto, no de la inteligencia, sino de la artimaña o el engaño, o del mal hacer. ¿Quien no ha oido hablar de la cultura del "pelotazo"? hacerse rico, con la mayor rapidez posible, o quien no es consciente del gasto enorme en cupones, primitivas, euromillones, con el fin de hacerse rico en el menor tiempo posible. ¿Donde ha quedado la cultura del ahorro?. Verdaderamente, hemos pasado de ser hormigas a cigarras. Y ahora, esto está mas claro cuando somos conscientes de ver, la situación de crisis económica en la que nos encontramos.

Trasladando estos argumentos, al terreno de las relaciones de pareja, que es lo que siempre nos interesa, lo vais a comprender muy bien cuando os ponga algunos ejemplos; ¿Quiere usted encontrar pareja rápido? Pues vaya a un Speed Dating, y en una hora, podrá conversar con diez diferentes candidatos. Si no tiene tanta prisa; vaya a una agencia matrimonial, y le garantizamos que le encontramos pareja en un mes. Si la pareja que vd. encuentra, tiene eyaculación precoz, no se preocupe, en otro mes, solucionamos su problema. Si, se quiere casar con ella, en 24 horas le organizamos la boda; estilo Las Vegas, y si despúes de un tiempo, se cansa de ella o no le convence, no se preocupe, su divorcio en menos de 30 días.

Disculparme por ser tan duro con estos ejemplos, pero, desgraciadamente, hemos llegado a este punto, donde las relaciones sentimentales, de pareja, entre dos seres humanos, se han convertido en parte del mercado. Hemos hablado en numerosas ocasiones que las relaciones de pareja son la relación más importante en la vida de las personas adultas, ya que ninguna otra relación puede sustituirlas. Todos queremos amar y ser amados, todos necesitamos una relación que nos de placer, satisfacción y plenitud. 

Pero todos somos testigos, de que en las últimas décadas, las relaciones de pareja han cambiado de manera vertiginosa. Los patrones que tendemos a imitar, que aprendemos de nuestras referencias mas inmediatas en nuestros ascendientes; padres y abuelos. No se corresponden con las demandas de las nuevas formulas sociales. La revolución sexual y la integración completa de la mujer al mercado laboral, han transformado, también los patrones de relación entre hombres y mujeres. Hemos pasado de buscar el matrimonio formal para mantener relaciones sexuales y tener una familia, a mantener relaciones sexuales y luego plantearnos el matrimonio o una familia. A tener relaciones sexuales, sin plantearnos un matrimonio o una familia. Y en el mercado laboral, hemos pasado de desear trabajar para una gran compañía, donde tener un trabajo para toda la vida, pero sin perder nuestros valores, a trabajar para una gran compañía pero para ganar mucho dinero, sacrificando hasta los valores. Generando la competividad y el stress, que, no solo han afectado a nuestras vidas individuales, tambien a las de la pareja. 





El concepto del exito, que ha generado el mercado laboral, también lo hemos traspasado a nuestras relaciones de pareja. Es cierto que en los años 60, el rol del hombre ejercía una gran influencia de poder sobre las relaciones de pareja, y que al ganar cuota de poder la mujer, e igualarse las relaciones, incluso en algunas situaciones, la cuota de poder de las mujeres es mayor que la de los hombres, se ha producido una dinámica de lucha de poder que es desgastante y a la larga deteriora las relaciones de pareja. Cuando una pareja cae en este juego psicológico, lo único que consigue es picar sobre los pilares que han conformado la relación y comenzar el camino hacia su destrucción. Estamos acostumbrados a luchar en nuestro entorno laboral, y eso lo trasladamos a la relación de pareja. Pero una relación de pareja no es para luchar. Es para construir, compartiendo lo bueno que trae cada uno a la relación. Compartir fortalezas y complementar las debilidades. Los resultados son siempre mejores cuando dos personas trabajan en equipo y juegan a ganar, no compiten por ganar, porque entonces; uno gana o cree que gana, pero pierden los dos. Lo importante es trabajar para que los dos ganen. Los dos se sientan considerados, cuidados, respetados y valorados. 

Si no es así, llegará un momento en el que una de las partes comenzará a sentir que está perdiendo, que no encuentra el respeto, el cuidado, que no se le valora, que no se le considera. Y se sentirá defraudado, humillado, abandonado, herido, maltratado. Con la necesidad de escapar, de romper, de encontrar una alternativa. Es entonces cuando empieza el camino hacia la separación, primero emocional y luego física, y mas tarde, con el tiempo; psicológica. Cuando se ha producido la superación del duelo psicológico, propio de toda separación. El duelo, ese trozo del camino, por el que nadie quiere transitar. Y mas el duelo correspondiente a una ruptura de una relación sentimental duradera, para el cual, nadie nos había preparado. Nadie nos ha preparado para desprendernos emocionalmente de un sujeto, cuando pensamos y hemos interiorizado, que ese sujeto tiene que formar parte de nuestra vida. Que lo hemos poseído  puesto que lo hemos colocado dentro de nuestro esquema vital. Incluso, sin haberlo tenido físicamente. Es el caso de los llamados amores platónicos. Cuando en una pareja, se llega a la ruptura de la relación es porque esta no proporciona suficiente felicidad o seguridad; la satisfacción de las necesidades mutuas fracasa. 

Y eso se comprueba cuando cualquiera de los miembros de la pareja tiene dificultades de comunicación, rompe las reglas acordadas, engaña, provoca cansancio, aburrimiento, conflicto o falta de motivación a la otra persona, y, por último, pero no menos importante; entra en juego otra persona. Es entonces, cuando, como comentaba antes, comienza la separación y para ellos deben pasarse una serie de etapas: Autores, como Druck, identifican cuatro. Son las siguientes;

La primer etapa es la Fase Intrapsíquica, en la cual se dan los lamentos y las quejas, sin exponerlas hacia el exterior. Las quejas se siguen acumulando, hasta llegar a un punto que se produce una comunicación indirecta o el estilo de comunicación de "hablarle a la pared" (como sí le hablara a un tercero). Es en este momento cuando la persona busca en realidad alguna justificación para sí mismo, más que para cualquier acción real. Generalmente se empiezan a evaluar aspectos negativos de la relación, considerar los costos de retraerse, y a evaluar los aspectos positivos de las relaciones alternativas.

La Fase Diádica es la segunda y durante esta fase los resentimientos son más evidentes al exterior. Es probable que la pareja esté en desacuerdo acerca de la atribución de responsabilidades en cuanto a los problemas; también es probable que lo que se meditó en la otra fase provoque en el otro compañero dolor y tristeza. Ambos  experimentarán dolor y angustiaen esta fase, lo que explicará la renuencia, confusión, fluctuación y falta de propósitos dentro de esta fase.

La Fase Social implica reunir el apoyo de familiares y amigos, como una manera de justificar el abandono de la relación. Sucede que la presencia de los otros ayuda a confirmar el rompimiento. Cada sujeto crea historias e informes públicamente negociable para salvar su imagen y depositar en el otro la culpa. Las redes sociales de apoyo cumplen un papel importante en la convalecencia después del rompimiento ya que proporcionan apoyo emocional.








La última es la Fase de Arreglo de la Tumba. Una parte necesaria al abandonar una relación consiste en que cada persona surja con una reputación intacta en cuanto a la confiabilidad para relaciones. "Arreglar la tumba" implica "erigir una lápida" que proporciona un informe verosímil, socialmente aceptable, de la vida y de la muerte de la relación. En esta etapa se crea una versión propia de la historia del rompimiento y se la distribuye públicamente. Esto ayuda a proteger la propia imagen pero también sirve para mantener vivos ciertos recuerdos y para "justificar" el compromiso original hacia la ex pareja.



Este último, punto, el de la de erigir una lápida es el que mas me gusta. No hace falta ser original, tan solo, realista, nada rencoroso, y mucho sentido común. Es entonces, cuando sientes que has llegado a asumir la ausencia, definida como falta de presencia física,  de esa persona a quien amaste, y que hoy amas de otra manera. Y la has convertido en presencia, dándole un papel protagonista en el guión de tu película. Pero a quien has reservado, solamente, las escenas familiares. Y estas escenas familiares, ya no forman parte de un drama, sino que están mas cercas del genero cómico o romántico. Todo ello, dependerá, lógicamente de vuestra capacidad para reconducir las relaciones.






Pues bien, convertir la ausencia de una pareja, en una bonita presencia, es el mejor síntoma de que hay un duelo bien llevado. Y resultarán epitafios como el mio; "Aquí yace una maravillosa relación de 10 años que trajo como fruto dos maravillosas princesas"

¿Cuál es o será el tuyo?


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