10 de abril de 2011

SENTIDO Y SENSIBILIDAD

Sentido  y Sensibilidad

Este título a todos os recordará la novela, que después se llevó al cine, escrita por Jane Austen y publicada en 1811, cuyo principal objetivo fue el análisis de las reacciones y reflexiones del alma humana a través de dos personajes, dos hermanas : la primera es reflexiva y dispuesta a aplicar las normas de la civilización en toda ocasión, la segunda es impulsiva y emocional. Yo no leí la novela, pero si vi la película y la recuerdo porque mi actor favorito, y con quién dicen que tengo cierto parecido. El sr. Hugh Grant, aparece en la misma como pretendiente de una de las hermanas.





Aun así, el tratamiento que Austen hace de las dos hermanas es complejo y tiene muchas facetas. La biógrafa de Austen, Claire Tomalin, argumenta que Sentido y sensibilidad tiene una "debilidad en su tratamiento," que se desarrolla porque Austen, a lo largo de la escritura de la novela, gradualmente fue sintiéndose menos segura sobre si es el buen juicio o la sensibilidad lo que debían triunfar.1 Proporciona a Marianne todas las cualidades atractivas: inteligencia, talento musical, franqueza, y la capacidad de amar profundamente. También le reconoce a Willoughby, a pesar de todos sus defectos, el mérito de continuar amando y, hasta cierto punto, apreciando a Marianne. Por estas razones, algunos lectores encuentran que el matrimonio de Marianne con el coronel acabe siendo un final poco satisfactorio

2 El final, sin embargo, une hábilmente los temas del sentido y la sensibilidad aunque haga que la hermana juiciosa se case con el hombre que ama después de largos y románticos obstáculos que se interponen en su camino, y la hermana sensible encuentra la felicidad con un hombre al que inicialmente no ama, pero que era una muy juiciosa elección como marido.

Elionor es el verdadero hilo conductor de la novela. Las posibilidades que la época ofrece a las mujeres (en busca de un marido rico y una vida ociosa llena de fiestas y de visitas) chocan con la sinceridad y la fidelidad al corazón de las dos hermanas, que escogen "los peores partidos", movidas por el sentimiento. Jane Austen expone con maestría las sutilezas del juego que se establece entre nobles ambiciosos, insensibles a todos, la clase media ansiosa de ascender en la vida y el matrimonio como medio de ennoblecerse. Por el contrario, es una pregunta siempre relevante: lo que parece útil a corto plazo, ¿a largo plazo valdrá la pena? La ambición, ¿puede garantizar verdaderamente una comodidad y una riqueza mayores? Los "bobos" que se dejan guiar por sus sentimientos, ¿tienen al final mejores resultados, como parece decir la autora? Es necesaria la virtud.

Existe, pues, desde el principio de los tiempos; desde que el ser humano tiene consciencia del valor de su conciencia, una dicotomía entre actuar de acuerdo a lo que le piden sus sentimientos (mas relacionados con los instintos) o con lo que su conciencia le dicta (mas vinculada a los pensamientos).


Según una de las acepciones del diccionario, sentimiento es la "parte del ser humano opuesta a la inteligencia o razón". El sentimiento siempre es subjetivo, pues cada uno tiene su idea de amor, felicidad o tristeza, mientras que la razón es objetiva e igual para todos. Aunque el diccionario dé significados a los sentimientos, estos solo son generales, una idea básica, pues, dentro de cada persona el concepto de un sentimiento será, aparte de abstracto, individual.

De diferentes maneras y en diversos momentos a lo largo de nuestra vida, nos enfrentamos a decidir entre, hacer lo que la razón nos dice, o lo que mandan los sentimientos. Es una lucha constante que nos hace ser diferentes, -entre otras cosas- a los animales, y es diaria, permanente.



Pero sin cuestionarme eso, puesto que debería meditarlo mucho y no sacaría nada en claro, me haré la gran pregunta: ¿debemos fiarnos de la razón o del sentimiento? Conclusión: no hay que dejar de lado ninguno de los dos conceptos. Si solo utilizásemos la razón, nuestra vida social sería ínfima, pues necesitamos de los sentimientos para expresar nuestras emociones hacia los demás. Y si solo utilizásemos el sentimiento nuestras relaciones serían desastrosas, pues necesitamos controlar el grado de emoción que debemos expresar en cada momento.

Fijaos en este pasaje de el libro de "El Principito".. “Conozco un planeta donde hay un Señor rubicundo. Nunca olió una flor. Nunca miró una estrella. Nunca amó a nadie. Nunca hizo nada más que cuentas. Y todo el día repite como tú: “Soy un hombre serio ! Soy un hombre serio !” y eso lo infla de orgullo. Pero no es un hombre, es un hongo!...”

A veces somos tan racionales que no nos damos cuenta de que nos convertimos en hongos, no en personas. El sentimiento forma parte de nuestra naturaleza. No podemos rechazarlo. Tenemos la impresión de que si nos dejamos caer en el nos va a provocar daño. Porque al ser tan subjetivo, no nos deja ver la realidad. Pero es que el sentimiento, en si mismo, es realidad. Es el síntoma de que estamos sintiendo; amor, odio, tristeza, alegría, recelo, confianza.... por otra persona. No somos hongos; somos personas. 

Son los sentimientos los que nos dan la fortaleza para vivir felices, los que nos hacen tomar decisiones que nos cambian totalmente, -a veces para bien o para mal- son los que nos empujan a accionar las palancas de la vida que, si lo pensáramos muy bien, no lo haríamos, y así dejaríamos de vivir experiencias inolvidables. Es finalmente, lo que nos permite vivir las mejores realizaciones en nuestra existencia.


A lo largo de mi vida, y por mi trabajo en ong,s he conocido a los fundadores de obras tan loables, que llevan alegría y dignidad a muchas personas, y todas coinciden en lo mismo; Lo que les había llevado a fundar cada obra. Todos explicaban que para éllos, el motor que lo había movido a hacerlo, fue el sentimiento de haber visto a otros padecer o haberlo sufrido en sus propias carnes y darse cuenta que al mismo tiempo, iban a encontrar muchos problemas y dificultades para ponerlas en marcha. Que la razón les pedía detenerse, pero dejaron paso a la fuerza que alimenta los sentimientos; la ilusión.  Así pues, los sentimientos son y serán siempre una parte importante de nuestra vida, misma que nos dan oportunidad de realizar cosas a veces inimaginables y de sentirse vivos en este mundo que de pronto se torna demasiado racional.


El problema de esta lucha, se presenta cuando las decisiones entre el sentir y el pensar tienen una probable consecuencia catastrófica, o al menos, no deseable, o bien, cuando estas pueden lastimar a un tercero. También cuando la lucha entre lo que pensamos y lo que sentimos nos cause dolor, intranquilidad o desánimo. Un ejemplo de ello son los celos irracionales, ¿Cuántas veces una persona se consume por los celos cuando verdaderamente no tiene motivos para hacerlo? y la razón le dice que no debe sentirlos, que no hay motivo real, pero el sentimiento ahí está! diciéndole que desconfíe de aquel ser querido. Otro ejemplo sería, el amor irracional por una persona de la cual no debe o puede enamorarse, y sin embargo, el sentimiento ahí está, pero de nuevo la razón le dice que esa persona no le conviene por tal o cual motivo perfectamente lógico! O la simple decisión entre hacer algo que no está permitido desde el punto de vista moral, ético, religioso o sentido común, -debido a las consecuencias que tendría esta acción- y el deseo seductor de realizarlo.

La depresión, cuando no tiene un origen clínico, suele ser también un ejemplo de esta lucha, ya que por falta de un sentimiento positivo arraigado en nuestros pensamientos, se hace presente una amplia gama de sentimientos negativos, que van desde la desesperanza y el desencanto por la vida, hasta los pensamientos suicidas, aun y cuando esa persona tenga muchos motivos para vivir y luchar. Un ultimo ejemplo sería también el miedo, ya que este, a diferencia del susto, siempre será irracional, pues está anclado a la percepción de lo que “puede suceder” sin que necesariamente sea real. El Dr. Jorge Bucay, menciona respecto al miedo: “El susto entra por la percepción y el miedo por la imaginación”. Podría analizar otros sentimientos mas como la ira, el odio, la culpa, pero las explicaciones serían similares.


Sin embargo, el reto consiste en saber, cuando sí debemos dejarnos llevar por el sentimiento y cuando por la razón, o finalmente, como en muchos otros aspectos de nuestra vida, el secreto pudiera estar en el sano equilibrio entre ambos. Tendríamos pues que tener siempre en cuenta algunas variables por considerar, estas son:

1. La ganancia, es decir, ¿Qué es lo que puedo obtener y que es lo que puedo perder? Y ser lo mas objetivo posible!

2. Los valores éticos, morales y religiosos, ya que a fin de cuantas vivimos en una sociedad que se rige por valores morales, en una religión que tiene valores bien establecidos, y como parte de la universalidad vivimos valores éticos también definidos, e invariablemente si nuestra decisión es no tomarlos en cuanta, no perdamos de vista que los estaremos violentando con sus posibles consecuencias. Estos valores nos darán siempre un parámetro mas o menos confiable entre lo correcto e incorrecto

3. Las terceras personas sería otro punto a considerar, ya que una decisión que pude lastimar a un tercero es algo que no nos toca a nosotros asumir, y con ello está implícito también no poner en riesgo la integridad del otro. Independientemente de la consecuencia directa que el otro recibe, recordemos que es muy probable que la relación entre ambos pueda ser dañada irreversiblemente por una decisión mal pensada, o mejor dicho, no pensada.

4. El sentido común, este punto está ligado a la madurez de la persona, ya que no se puede pedir el mismo nivel de sentido común a un adolescente, que a una persona adulta, pues las experiencias vividas, aun en “cabeza ajena”, nos darán más herramientas para decidir.

5. La integridad de la persona que asume la decisión, es decir, tomar en cuenta el riesgo que puede costarle a la integridad no solo física, sino también la integridad como un “ser íntegro”

6. Veracidad, ¿Cuánto de lo que estoy sintiendo, pensado o deseando, es real y cuanto es producto de mi imaginación? Ya que en ocasiones después de asumir el riesgo, nos damos cuenta que no era lo que pensábamos, sentíamos o deseábamos.

Pero al fin de cuentas, en nuestra vida habremos tomado decisiones que no hayan cumplido con estos razonamientos y no haber pasado nada indeseable, así que, si queremos plantear esas variables como una conclusión de esto, también deberemos incluir que; en muchas ocasiones el presentimiento, el anhelo, la premonición o el “sexto sentido” suele ser lo único verdaderamente necesario para saber decidir que hacer frente a esta lucha. Por ello, reitero que quizá en verdadero secreto se encuentre en evitar este enfrentamiento, es decir, buscar el equilibrio entre ambos pensamientos, para no convertirnos en unos anarquistas llevados solo por el deseo y el sentimiento, ni tampoco en unas maquinas que todo lo razonen y nos evite vivir con intensidad la vida, y así, no convertir al sentimiento en enemigo de la razón.

Si aplicamos este método a todos los aspectos de nuestra vida, incluido al del momento de acabar nuestras relaciones. Cuando descubrimos que nuestra vida de pareja se acaba. Y nos planteamos el actuar con equilibrio frente a esta nueva situación. Nos encontraremos que con el sentido común y una justa y necesaria sensibilidad podremos dar solución, de la mejor manera a nuestros conflictos emocionales. Tanto a los que tenemos con nuestra pareja como a los nuestros. A los interiores.




De nada sirve dejarse llevar por el rencor, hacia la otra persona, tratando de justificar nuestras acciones en su contra, nuestra maquiavélica trama para hacerla daño, provocando daños colaterales a nuestros hijos. (daños psicológicos irreversibles) y que no tenemos en cuenta, cuando dejándonos llevar por nuestro egoismo y sed de venganza, nos comportamos como animales en vez de comportarnos como seres humanos, adultos y maduros.

Tantas veces oigo a hombres y mujeres, compañeros de camino en este mundo de singles, de las situaciones dañinas, que todavía perduran, entre ellos, por no haber solucionado, en su momento, el conflicto emocional y haber encontrado una salida, digna, consensuada y terapéutica para todos los implicados; conyuges, hijos y familias políticas.Espero y deseo, que esta reflexión sobre el sentido y la sensibilidad os ayude a buscar solución a vuestros conflictos internos y a vuestros conflictos de pareja. Solo así, encontrareis la paz necesaria para poder rehacer vuestras vidas y disfrutar de ellas, lo que yo estoy disfrutando. Y despues, a Singuelear.. Besos y Abrazos. JM

1 comentario:

  1. Jamás podria apartar estos dos razonamientos....VAN TOTALMENTE UNIDOS(Razón &Sentimiento) lo que nos permite vivir las mejores realizaciones en nuestra existencia.

    La ganancia HA SIDO PARA MI, saber decir NO LA QUIERO...y se lo que he perdido el DINERO Pero que has sido = mi FELICIDAD. ¿Cuantas pueden decir lo mismo que yo? No se separan, por no perder su estatus SOCIAL¡¡¡¡Eh ahi el PROBLEMA DE MUCHAS DE ELLAS¡¡¡¡¡Qué es lo que puedo obtener y que es lo que puedo perder? Y ser lo mas objetivo posible CON UNO MISMO

    La integridad es SER PERSONA en todos los sentidos, quiero decir ..No ser una máquina de pensar que puedes obtener de terceras personas para que asuman tus propias decisiones, es decir, tomar en cuenta UNO mismo el riesgo por las decisiones que pudiera tomar a lo largo de su vida, sin faltar el respeto y la integridad de ningun ser humano, ni animal que tuviese cerca¡¡¡ "ser íntegro"

    Un saludo
    PILAR A.C

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